El silencio NO existe...
...y menos en la vida del estudiante medio. Estamos en plena época de éxamenes, y como es lógico, toca estudiar. Preparas todo en tu escritorio, que no falte nada, ni una sola hoja. Todo va bien hasta que, una vez que todo ha sido colocado, te sientas a estudiar. En ese momento, el organismo, que tonto no es, pero "cabrón" sí, hace que el sentido del oído se agudice al máximo. Es entonces cuando, aquella mosca que está a 4 metros, la escuchamos como si estuviese detrás de nuestra oreja. Pero bueno, ese ruidillo incluso puede llegar a motivar, y de cualquier manera, con cerrar la ventana... Sin embargo..., cuando ya creemos que todo va bien..., empezamos a escuchar a la gente de ese parquecillo al que da nuestra ventana. Ese parquecillo, en el que los niños lloran, los perros ladran y los padres gritan. Y no sólo eso, porque justo, en ese momento en el que te has puesto ha memorizar el "Pacto Antikomintern" por aquí y el "Pacto de Acero" por allá, aparece un trío de chavales acompañados por 3 imponentes motos que, cinco minutos después, montadas por sus respectivos dueños, serán utilizadas para correr a lo largo de un parque que hará las veces de circuito de competición. En fin..., ya cuando crees que ese es el máximo de ruido que puede llegar a haber es cuando, cierto vecino, quizá para dejar de escuchar a los tipos de las motos, enciende su equipo de música, mete un buen CD, bien de flamenco o bien de bakalao y sube el volumen al máximo, es decir, "A TODA LECHE"...¬¬ Es ahí cuando ya pierdes toda la esperanza, y decides abandonar el plan de estudio. Empiezas a recoger todo desilusionado, sin ánimos, a colocar cada cosa en su sitio, a guardar los lápices..., y entonces...: la mosca, llevada por una ráfaga de viento, desaparece de la terraza, los niños se van a sus respectivas casas a cenar, los perros desaparecen por completo y los padres al no tener niños a los que gritar, no producen ningún sonido. Aquellos tipos de las motos deben dejar su competición cuando 2 tipos con gorra vestidos con uniformes de colores llamativos (llámense "Policía Local"), les detienen y les hacen abandonar el lugar y, finalmente, ese vecino tan majo, ya que gracias a su música al máximo volumen no nos es necesario comprarnos ningún CD de "El Fary" al resto de habitantes del bloque, apaga su minicadena después de haber escuchado el CD al completo. Ahí, justo ahí, cuando ya apenas hay ruido y piensas en que podrías haber seguido estudiando, es cuando, (aparte de ver que el silencio NO existe), crees en Dios..., y en lo bien que se lo habrá estado pasando JODIÉNDOTE una tarde de estudio...¬¬
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alvaro -